El observador (11/06/2013)
El observador
Desde la otra esquina del mundo,
tus ojos y tu pelo acecho;
buscando complicidad en tus versos,
imaginando por un segundo...tus besos.
Dejar el anonimato para ser la dieta de tu dicha,
con algo más que halagos y abrazos;
día a día, vivir tu sonrisa;
y engañar a la vida, atado a tus manos.
Cada rose, cada palabra de tus labios,
este tonto guarda, tratando de construirte;
sin embargo, la profundidad de tus barrios
te hace única e irrepetible.
Ser tuyo se volvió mi afán;
que ojalá en tu pecho pudiese anidar.
Revelarte mis intenciones quisiera,
y de una vez, bajo tu techo, falleciera.
Y si mi lírica, para ti no fuese suficiente,
las maravillas que para ti guardo mostraría;
un beso en la mañana, otro al medio día;
y por las tardes, mis colores diferentes.
Pero mis palabras se traicionan
y frente a ti, me prohibo un desacierto.
Escapo del momento, de ese segundo eterno,
perdiéndome en los sueños que tus labios coronan.