Triste cuento para dormirse al hibernar (23/05/2012)

Triste cuento para dormirse al hibernar


Sabana de tristes sombras
proyectadas por un corazón azul.
Un atardecer blanquecino,
en su cara; a contraluz.


Pesar en su mirada,
en la mía hace pensar;
alegrías de esa niña,
de una vida sin amar.


Su mirada punzante
ve mi vida; suspende el instante.
En el aire muere mi aliento
y sin más, nace el sentimiento.


Sin embargo, el letargo
merma un corazón herido;
se cubre, se esconde
de aquel dulce amor ferino.


Y bajo la sombra, se enfría
como en el invierno los claveles;
el amor lo esquiva,
su calor el ya no quiere.

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